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Por la dra. Liliana López Jiménez / Profesora de Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia
Los jóvenes profesionales se encontrarán con desafíos de naturaleza ética desde los inicios de su vida laboral. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, no han sido suficientemente preparados por sus familias, escuelas y universidades para hacer frente con integridad a solicitudes faltas de ética. Esto no se debe a que los jóvenes profesionales no sepan lo que deben hacer, sino a que no saben cómo hacerlo.
Esta carencia de conocimiento práctico ayuda a explicar la brecha ética documentada en la investigación. La mayoría de las personas piensa que harían lo correcto si se enfrentaran a un planteamiento ético, pero en el momento de la verdad, muy pocas personas realmente hacen lo que consideran correcto.
Enfrentar desafíos éticos de la vida real
En 2009, Ricardo Martínez, un joven graduado en administración de empresas, enfrentó su primer desafío ético serio en el trabajo. Como gerente adjunto en Premium Capital, un fondo de inversiones de alto riesgo con sede en Curazao y administrado desde Colombia, recibió una solicitud de su jefe para que inventara información para las hojas de balance de varios inversores con la finalidad de ocultar el hecho de que su dinero no había sido invertido como estaba previsto. En cambio, los gerentes del fondo lo invirtieron de otra manera que, aunque temporal, era inapropiada.
Pongámonos por un momento en el lugar de Martínez. Es fácil decir lo que Martínez debería haber hecho: haber rechazado esta solicitud. Es posible que Ud. también pueda pensar en varias buenas razones por las que debería haber reaccionado de esa manera. Al mismo tiempo, puede que Ud. se dé cuenta de que Martínez sentía que no podía hacer mucho.
Este escenario de la vida real ha sido desarrollado en un estudio de caso (en inglés) que redacté recientemente con mi colega Luis Antonio Orozco y el propio Martínez, titulado “Balance statement reporting at Premium Capital Funds” (Declaración de balance general en Premium Capital Funds).
Cuando presentamos este caso en nuestras aulas, encontramos que la mayoría de los estudiantes dijeron: “No es razonable esperar que nada de lo que Martínez pudiera hacer impidiera eficazmente que sus superiores se salieran con la suya”. Esto es exactamente lo que Martínez creía en ese momento. Terminó haciendo lo que se le dijo, tanto en ese momento y en otras ocasiones. Pero un día sufrieron las consecuencias de sus acciones; las autoridades embargaron la empresa y los propietarios y la gerencia (incluido Martínez) fueron a la cárcel.
Cambiar la mentalidad actual
Creo firmemente que, si queremos fomentar la integridad, debemos comenzar por luchar contra la idea de que los esfuerzos para combatir la corrupción y otros comportamientos poco éticos están condenados al fracaso. No hay que asumir rápidamente que tomar una acción valiente es imposible. Cuando se trata de un comportamiento ético, o incluso cívico, esta mentalidad derrotista de “no se puede hacer” es generalizada. Sin embargo, colectivamente, podemos pasar de pensar de “es imposible que yo lo evite” a “soy totalmente capaz de evitarlo”.
El nuevo enfoque pedagógico “Giving Voice to Values” (“Dar voz a los valores”; GVV, en inglés), creado por la profesora Mary Gentile, proporciona a los estudiantes herramientas que les permiten abordar exactamente este problema de mentalidad. El enfoque GVV le pide que participe en un experimento de ideas y que dirija sus esfuerzos hacia la implementación práctica de soluciones.
Por ejemplo, asumamos que el protagonista de nuestro caso, Ricardo Martínez, quiere evitar que suceda la falsificación. ¿Qué creemos que puede hacer? Una vez que usted acepte el reto de asumir el papel de Martínez, el enfoque GVV le ofrece orientación para elaborar un plan de acción adecuado. Se pueden considerar aspectos clave de la implementación, tales como cuáles son los personajes que pudieran estar del lado de Martínez, cuál sería la mejor manera de conectar con estos aliados y qué recursos podría utilizar para aprovechar su posición y persuadirlos de que le ayuden. En este punto, Ud. se ha alejado de la mentalidad de “no se puede hacer” para pasar a una actitud de “hacer todo lo que esté a mi alcance”.
Actuar de acuerdo a sus valores
Gentile considera que estos ejercicios mentales desarrollan la “memoria muscular moral” de los que están aprendiendo, esto es, la fortaleza interior, el conocimiento y los hábitos para que los profesionales actúen de acuerdo a sus valores cuando se enfrenten a desafíos éticos en el trabajo.
Estamos descubriendo que a medida que nuestros propios estudiantes intentan desarrollar soluciones prácticas al desafío ético de Martínez, aprenden a encontrar y generar diversas alternativas cuando previamente, antes de participar en el enfoque GVV, simplemente veían un problema sin solución. Incluso Martínez, a través de su trabajo como coautor del caso, descubrió cursos de acción que pudo haber tomado si no se hubiera visto afectado por la mentalidad de “no se puede hacer”. Observe este vídeo para escuchar a Martínez describir su experiencia personal y conocer su opinión respecto a acciones alternativas.
Nuestras sociedades necesitan muchos más profesionales que tengan una mentalidad de “poder hacerlo” respecto a la integridad. ¡Usted puede ser uno! Mejore sus habilidades de implementación ética y permita que su ejemplo inspire a otros.
Liliana López Jiménez es profesora adscrita a la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia, donde lleva a cabo investigación y es docente en diversas áreas de la administración de empresas. Actualmente participa en un proyecto relacionado con la enseñanza de la ética empresarial en las aulas.
Los puntos de vista y opiniones aquí expresados pertenecen a la autora y no reflejan necesariamente los de la Red YLAI o del Gobierno de Estados Unidos.