Flag

An official website of the United States government

A conectar culturas mientras se aprende un idioma nuevo
4 Se lee en un minuto
agosto 19, 2016

People sitting at tables in a restaurant (Courtesy of José Sánchez Preisig)

De chico, mientras crecía en la ciudad chilena de Linares, José Sánchez Preisig era como muchos latinoamericanos. Soñaba con viajar por el mundo, vivir en otro país y comunicarse con personas de otras culturas, pero no sabía otros idiomas.

Aprender un segundo idioma de forma tradicional, en el aula, estudiando las reglas gramaticales y memorizando vocabulario, no le interesaba. Tampoco le atraían las aplicaciones que permiten aprender un idioma convenientemente por medio de un teléfono móvil.

José Sánchez Preisig (Courtesy photo)
José Sánchez Preisig (Courtesy photo)

En vez de eso, el joven de 27 años decidió idear una mejor solución: aprender un idioma hablándolo. Lanzó la plataforma Poliglota, que organiza a grupos de conversación para las personas que quieren aprender un nuevo idioma. Los grupos se reúnen para conversar en lugares públicos como parques, cafés y bares. Cualquiera puede unirse o ser anfitrión de un grupo gratuitamente.

“En dos años hemos logrado que se reúnan 100.000 personas cara a cara todas las semanas en más de 300 ciudades de toda América Latina”, indicó Sánchez. Se han comenzado a organizar grupos en los EE. UU., Europa y China.

A través de la misma plataforma los usuarios que procuran adquirir destrezas lingüísticas más avanzadas pueden pagar una cuota para hacerse miembros de grupos que dirigen maestros certificados. Hasta el momento más de 1.000 estudiantes se han matriculado para formar parte de estos grupos de conversación.

Un discurso en pro del emprendimiento social

A Sánchez, que participó en la Iniciativa Jóvenes Líderes de las Américas, lo que más le gusta de ser emprendedor social es la oportunidad de mejorar la vida de otras personas.

Los emprendedores sociales “son los que impulsan a la raza humana hacia adelante”, dijo. Lo importante es tener empatía. “Para arreglar los zapatos de otro, uno tiene que ponérselos a sí mismo”, dijo.

Ser emprendedor social no es siempre fácil. “Una compañía nunca está establecida, sino que siempre tiene riesgo de hundirse”.

Pero con la adversidad llega la oportunidad. “Lo mejor es aceptar la realidad y responsabilizarse de ella. Eso es lo que significa ser un emprendedor social”, dijo Sánchez.

This article is available in English