Las palabras “igualdad” y “equidad” se ven parecidas, suenan parecido, e incluso señalan el mismo concepto de ecuanimidad. Entonces, es comprensible si, al principio, te parece que quieren decir lo mismo. Comprender la diferencia entre igualdad y equidad es una forma maravillosa de empezar a pensar sobre el trato que reciben otras personas en tu comunidad y en tu negocio.
Dicho sencillamente, por igualdad se entiende “tratar a todos de la misma forma” y equidad significa “ecuanimidad”. Quienes crecieron en grupos marginados probablemente conocen la diferencia, ya que es probable que hayan tenido que esforzarse mucho más para recibir el mismo nivel de educación que muchos de sus compañeros o para encontrar oportunidades para hacer contactos que otras personas tuvieron más a su alcance.
Pensemos en los costos de la educación. ¿Deberían recibir exactamente la misma cantidad de recursos y fondos para su educación todos los estudiantes? Ese sería un ejemplo de igualdad. ¿Los estudiantes de comunidades marginadas o de familias de ingresos más bajos deberían recibir más apoyo que otros estudiantes que no están en su misma situación? Pues ese sería un ejemplo de equidad. Al garantizar la equidad, una sociedad puede gozar a la larga de igualdad.
Leslie Lefkow, directora adjunta para África de la organización Human Rights Watch, alega que este tipo de preguntas se sitúan en el contexto más amplio de discusión sobre el acceso y las diferencias en la forma en la que varios gobiernos abordan los derechos económicos, sociales y culturales.
Lamentablemente, según ella, lo que a veces vemos es una superposición entre la corrupción y la marginación de los sectores vulnerables de la sociedad y del acceso a la atención o los recursos del Estado.
Para abordar la equidad, los gobiernos pueden considerar el punto de partida de los diferentes grupos. Pueden dedicar recursos adicionales, por ejemplo, para que los hogares de ingresos más bajos no soporten una carga desproporcionada de gastos de salud o educación, o para exigir que los negocios y los servicios públicos sean accesibles para las personas con discapacidades.
Pero hay cosas que tú puedes hacer por tu negocio, organización o comunidad si quieres ser proactivo o mostrar sensibilidad. Por ejemplo:
- Redactar una declaración pública y practicar la no discriminación por razón de género, etnia, religión, discapacidad u orientación sexual. Puedes incluir esa declaración en los materiales escritos y el sitio web de tu negocio y te puedes basar en ella para reclutar y contratar empleados.
- Reclutar a miembros de comunidades marginadas o desfavorecidas para que formen parte de tu organización y establecer relaciones de colaboración formales que promuevan la diversidad y la inclusión.
- Capacitar a tus empleados no solo para que valoren y respeten la diversidad, sino también para que vean a cada persona como se ven a sí mismos en lugar de como una “categoría” u “otro”.
- No te olvides del papel que desempeñas, como persona, en línea. Lefkow indicó que internet sin duda ha sido una herramienta increíble desde el punto de vista económico… para acceder a los mercados y robustecer a los emprendedores y los negocios. Pero también tiene posibles aspectos negativos porque puede ser un vehículo del discurso de odio y la incitación al odio.
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