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Este artículo fue adaptado de un artículo publicado por primera vez en la revista Association of Corporate Counsel por Jim Nortz.
Por difícil que se nos haga a cada uno de nosotros mirarnos en el espejo y evaluar honestamente nuestras fortalezas y debilidades, hacerlo es un ejercicio esencial para quien se esfuerza por ser un líder ético, por no hablar de esforzarse por desarrollar las destrezas del liderazgo ético en los demás.
Si te interesa emprender esta labor, toma un momento para apartar tu mirada de los demás y mirar dentro de ti mismo para responder a esta pregunta: “¿Quién eres?” En concreto, ¿en qué medida está conectada tu identidad con los cinco atributos que posee un líder ético eficaz? Estos atributos son: conocer, desear, elegir, habituarse y asegurar el “bien”.
Conocer el “bien”
¿Realmente conoces las reglas relacionadas con el papel que desempeñas en la empresa? ¿Has leído las políticas y los procedimientos aplicables a tu trabajo? ¿Has estudiado los cánones de ética referentes a tu sector o práctica? ¿Has desarrollado las destrezas analíticas y la sensibilidad moral necesarias para tomar decisiones sabias y defendibles, no solo entre lo correcto y lo incorrecto, sino también entre lo correcto y lo correcto? ¿Has establecido para ti mismo parámetros morales que no cruzarás bajo ninguna circunstancia?
Desear el “bien”
¿Posees una verdadera pasión por seguir un camino ético? Tu deseo de hacer lo correcto, ¿es firme o fluctúa dependiendo de las circunstancias y del posible peligro que presenta para tu carrera?
Elegir el “bien”
¿Tornas tu deseo de alcanzar el “bien” en acciones, aun cuando es algo difícil o poco popular? ¿Defiendes a las personas que tienen el valor de seguir un rumbo ético, o te sientas al margen dejando que carguen con las consecuencias de haber tomado decisiones difíciles? ¿Le plantas cara a los poderosos o les dices a todos lo que quieren oír?
Habituarse al “bien”
¿Muestras el valor moral necesario para ir en pos del “bien” de manera habitual? O, ¿acaso tus acciones son menos constantes de lo que deberían ser en este sentido?
Asegurar el “bien”
¿Posees la perspicacia organizativa y las habilidades sociales necesarias para hacer que se haga lo correcto?
Pocos podemos responder honestamente a todas estas preguntas afirmativamente. De hecho, nos encontramos en algún punto entre la cobardía y el heroísmo. También encontramos que tales preguntas son difíciles de abordar porque, en lugar de centrarse en nuestro posible dominio de ciertas técnicas de liderazgo que hayamos leído en libros, se centran en examinar quiénes somos. Pero no hay manera de evitar el hecho de que la mejor forma de mostrar liderazgo ético es siendo un líder ético.
Tu éxito o tu fracaso como líder ético no lo determinará la cantidad de políticas o procedimientos que redactes, cuántos cursos de capacitación impartas o cuán efectivo sea tu código de conducta. Lo determinará el grado ético que demuestres en el lugar de trabajo.
Esta idea tiene consecuencias importantes para los que estamos interesados en crear y mantener culturas éticas sólidas. Esto significa que no hay soluciones rápidas. Es improbable que los lemas comerciales pegadizos, acerca de valores y actividades superficiales similares, tengan un efecto conmensurable. En cambio, para verdaderamente avanzar necesitamos comenzar por tomar una gran dosis de nuestra propia medicina y ver si damos la talla ante los cinco atributos del liderazgo ético sólido con el objeto de ser un líder ético. Este proceso no ocurre de la noche a la mañana.
Es la labor interminable de toda una vida. Pero, como en todo recorrido importante, se comienza dando el primer paso y sabiendo con certeza a dónde se va. Es solo cuando elegimos buscar y seguir este camino para nosotros mismos que aprenderemos a mostrárselo a los demás.
Jim Nortz, Fundador y Presidente de Axiom, es un abogado, un experto reconocido internacionalmente y un líder en el campo de la ética empresarial y el cumplimiento. Jim tiene amplia experiencia en la implementación de programas éticos y cumplimiento de clase mundial.