Por Elise Kemp
Durante su infancia, Nayleen Quintero estaba rodeada y se nutrió del folclore panameño. Nayleen, becaria de YLAI 2017, es de un pequeño pueblo rural en la provincia de Los Santos (Panamá). Fue criada con amor a su patrimonio cultural, apreciando las tradiciones indígenas y sus bellas obras de arte. A medida que su pasión por el mercadeo y el diseño creció, también lo hizo su sueño de darle vida a la tradición Santéña.
Aunque Nayleen se mudó a la Ciudad de Panamá para desarrollar su futura carrera en mercadeo y creación de marcas, su corazón seguía en Los Santos. Vio la necesidad de que los artesanos locales de esta comunidad tuvieran las mismas oportunidades que aquellos en la industria moderna. Y así comenzó la compañía que lleva el nombre del término coloquial para la gente de Los Santos: Santé (abreviatura de Santéños).
Descubrir un patrimonio cultural
El arte de tejer el zapato nacional de Panamá, la cutarra, se está desvaneciendo lentamente. Sólo hay 65 artesanos en el país que producen el zapato nacional panameño para vivir. Nayleen dice que una cutarra es una sandalia hecha a mano y tejida por artesanos locales, un zapato tradicional muy antiguo en Panamá. La historia de las cutarras no está claramente documentada:
La tradición oral nos dice que las cutarras aparecieron por primera vez en Panamá con la llegada de los españoles, quienes introdujeron el ganado en las tierras de la península de Azuero. Los campesinos de esa época, todos probablemente de las tribus indígenas locales, usaron la abundancia de cuero para hacer un zapato cómodo y duradero que soportara el difícil trabajo del campo. (Cutarras de Panamá)
Los artesanos de la aldea de Nayleen no tenían acceso a materiales de alta calidad y además tenían ingresos muy bajos. Su patrimonio cultural de materiales artesanales se estaba perdiendo.
Un enfoque ético y vanguardista que ayuda a las familias locales
Nayleen dio un paso pionero en un mercado de exportación que no existía en Panamá. Santé Cutarras se convirtió en la primera marca en innovar los zapatos nacionales de su país. Santé es mucho más que un producto llamado cutarras, es la pasión de Nayleen por la tradición, la historia, la identidad y el apoyo a la economía local de su comunidad en Panamá.

Nayleen dice que su identidad cultural y su amor por todas las tradiciones de su pueblo le compelieron a brindar una oportunidad de proteger este legado. “Descubrí que mi pueblo no podía ganarse la vida haciendo lo que les gustaba hacer”.
Santé Cutarras tiene una conciencia ética y tiene como objetivo salvar el patrimonio cultural de la tradición indígena transmitida de generación en generación. La empresa tiene como objetivo:
- Innovar la cutarra nacional con calidad, colores y colecciones.
- Rescatar y revalorizar la cutarra como símbolo del folclore de Panamá.
- Mejorar la calidad de vida del artesano.
- Evitar la pérdida del legado artesanal de la cutarra.
Nayleen también ha comenzado un programa de capacitación para madres jóvenes en la Ciudad de Panamá para aprender el arte de tejer la cutarra y comenzar un programa de desarrollo de habilidades para el empleo. Mientras estas mujeres asisten a clase, sus hijos son atendidos gratuitamente.
Importancia del patrimonio cultural de una nación
La UNESCO reconoce la importancia de lograr un desarrollo sostenible para todas las personas, incluidas las que se encuentran al margen de las normas sociales y culturales.
Aunque la moda se ha incorporado a las últimas tendencias de los grandes almacenes, la visión de Nayleen es irrumpir en la industria a escala internacional para mostrar al mundo el valor de la artesanía de los habitantes de Los Santos (Panamá).
Una nota de ánimo para todos los miembros de la Red YLAI
Nayleen dice que YLAI le ofreció la oportunidad que había estado esperando. Antes de comenzar este proyecto, sentía que había agotado todas sus opciones, y cuando participó como becaria de 2017, YLAI le mostró que nunca debía dejar de intentarlo. Quiere animar a todos los miembros a recordar que “YLAI es una puerta que siempre estará abierta”.
La camaradería que ha encontrado con otros miembros de YLAI ha fortalecido su negocio y ha dado a sus artesanos una voz en el mercado internacional.
Quiere animar a todos los miembros de la Red YLAI a participar en el comercio justo, y a caminar con ella el 19 de enero en cutarras u otros zapatos comprados de manera ética para concienciar sobre el impacto de la industria de la moda en los derechos humanos.
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