Por la Voz de América
Según muchos emprendedores del ámbito, un componente clave para empezar una empresa exitosa en el campo de la tecnología en Silicon Valley es adoptar una cultura receptiva y un intercambio de ideas libre. Es una mentalidad mucho menos común en algunas partes del mundo.
Tania Zapata, proveniente de Colombia, es la cofundadora de una empresa emergente de tecnología en San Francisco llamada Torre. Ella conoce de primera mano cuánto más difícil se le hará el trayecto a un emprendedor si no busca ayuda y no pide la opinión de los demás.
“Crear una empresa no es algo que puedas hacer por tu cuenta”, dijo Zapata. “Nosotros lo intentamos cuando comenzamos, y me parece que también cometimos muchos errores simplemente por no pedir ayuda. No estábamos alcanzando a la gente. Es muy difícil. Por lo tanto, es mucho mejor hacerlo en grupo”.
El camino de Zapata hacia Silicon Valley fue poco usual.
“Yo trabajaba en la radio y decidí empezar mi propia empresa como actriz de voz, y lo que descubrí fue que la industria fuera de línea era muy complicada. Se me hacía muy difícil conectarme directamente con alguien que necesitaba mi voz”, indicó.
Satisfacer una necesidad
Zapata sentía que el proceso de conectar a los actores de voz con el trabajo no funcionaba. Junto con su esposo, quien era un empresario en el campo de la tecnología en Colombia, crearon una empresa en internet que conectaba a los actores de voz con clientes. Eso fue hace más de 13 años.
Con el tiempo, la empresa evolucionó hasta convertirse en lo que es hoy: un sitio web de servicios creativos. La empresa va más allá de los servicios de narración: ayuda a los clientes a encontrar escritores y traductores en muchos idiomas distintos. Su compañía es rentable y tiene oficinas en San Francisco y Bogotá.
El trayecto de Zapata en el ámbito del emprendimiento le enseñó el valor de la cultura de Silicon Valley. Es una cultura en la cual se comparte, se establecen conexiones y en la cual la gente y las empresas nuevas cooperan. Este tipo de confianza ha ayudado a muchas empresas a mejorar y a tener éxito, aunque Zapata dice que en Colombia y en otros países de América Latina a menudo se les dificulta a las personas compartir ideas.
“Me parece que es una mentalidad latinoamericana o, diría yo, una mentalidad colombiana”, mencionó. “No pedimos ayuda. Siempre pensamos que la gente dirá “no” inmediatamente, así que ni siquiera preguntamos. No lo intentamos. “¿Por qué me ayudaría esta persona?” Creo que eso es muy problemático “.
Mercados emergentes
Zapata expresó que el ecosistema de las empresas emergentes aún es joven en Colombia y en otros países de América Latina, lo que hace que sea un desafío para los emprendedores encontrar inversores.
“Creo que en América Latina tendemos a ser un poco más conservadores”, dijo. “Definitivamente le tenemos aversión al riesgo. Cuando hablas con los inversores, por ejemplo, la tecnología no es algo que ellos consideren en general. Ellos quieren ver un producto. Quieren ver algo tangible “.
Ella intenta orientar a algunos de los emprendedores. También estableció lo que se conoce como una incubadora para proveer financiación inicial a nuevas empresas que surgen de mercados emergentes.
“De lo que queremos estar seguros es de que ayudamos a las empresas con experiencia, con conocimiento, conectándolas con personas que ya conocimos, que nos han ayudado, y que también pueden ayudar a estas empresas a no cometer los mismos errores que nosotros cometimos”, dijo Zapata.
Zapata indicó que ayuda a otros emprendedores nuevos porque, para ella y para su esposo, la vida solo tiene sentido si puedes hacer algo por los demás y si se tiene un impacto positivo en sus vidas.
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